“San Juan de:  Pasto” es una propuesta experimental que plantea la Toponimia - acto de ponerle nombre a las cosas - como el eje central de la obra, tomando el nombre de la ciudad como un claro ejemplo de toponimia, donde el santo Juan Bautista es ubicado espacialmente o que su lugar de nacimiento fuese la ciudad de Pasto. En ese sentido, la pintura toma importancia por el contexto que trae, su procedencia, su tiempo y las imágenes simbólicas que contiene (siglo XVII en Europa). Pero esta imagen es agredida y transformada por el gesto básico de tejer, tomando el tejido desde una connotación regional y prehispánica si se quiere para referirse a un acto de apropiación y devoración del otro, suprimiendo los símbolos de la imagen original y reemplazándolas por referencias literales de la región, en este caso la imagen del volcán Galeras y el nombre de la ciudad: Pasto. Finalmente, se plantea el tejido y la pintura como dos entes cuyas naturalezas se relacionan mucho, un tipo de parentesco que comparte un tiempo y una dedicación similar, cada pincelada es un hilo que queda luego del paso de la aguja-pincel por la tela, reflexión que Derrida pone de manifiesto en su texto “La verdad en pintura”.